El pulido es un proceso que afina la superficie metálica de materiales y objetos eliminando posibles marcas, rayones y soldaduras.



El pulido es un proceso que consiste en trabajar la superficie de una pieza con un material o herramienta abrasiva para alisar, dar brillo y eliminar las imperfecciones o desgaste que haya sufrido la superficie del material.

El pulido se divide en cuatro etapas, cada una de las cuales requiere el uso de diferentes herramientas y materiales. Sin embargo, puede que no sea necesario aplicar las cuatro etapas a la misma pieza, ya que su uso depende del material, del estado previo de la pieza y de si se va a aplicar un tratamiento adicional.

Este se utiliza para eliminar impurezas y restos de óxido o suciedad que hayan podido quedar en la pieza debido a procesos anteriores. Se utiliza principalmente en piezas de joyería que tienen algún tipo de recubrimiento o baño de oro, plata, laca.

El lijado de metal consiste en eliminar los defectos presentes en la pieza para obtener una superficie lisa y sin imperfecciones. Hay determinadas piezas que no se pueden someter a este proceso porque no soportan la dureza de la lija y pasan directamente a la fase de rectificado.

También conocido como bruñido, este proceso es necesario para eliminar las marcas que deja la lija en la pieza, retirar los restos de viruta y verificar que la pieza cumple con las dimensiones y especificaciones requeridas.

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